martes, 20 de septiembre de 2011

EL DIFICIL PAPEL DE LOS PADRES

Que difícil es en estos tiempos ser padres. En estos tiempos, no se sabe muy bien si debes ser padre o amigo de tus hijos, a nosotros nos han enseñado de una forma en que mientras los hijos han sido pequeños o adolescentes se tenia que estar detrás de ellos para, según se decía, hacerlos hombres y mujeres de provecho, pero una vez se independizaban, o mejor dicho, se casaban, nuestro papel ya acababa, se quedaba en un segundo plano y ellos eran los que tenían que solucionar sus problemas además de apoyar a los padres en lo que necesitaran. Pero, ah, ahora resulta que los tiempos han cambiado y que el papel de padres o mejor dicho madres, no termina nunca, ahora cuando un hijo se te casa, miras al cielo y piensas "Dios que les vaya bien y no se separen".
No es que yo abogue por el aguantar hasta que la muerte nos separe, pase lo que pase, no, no es eso, pero si que es verdad que ahora, sea por lo que sea, las parejas se separan mas asiduamente, y eso conlleva un sufrimiento extra para los padres, y ese sufrimiento no es por los problemas en que se puedan ver envueltos, como pudiera ser la vuelta a casa de tu retoño o retoña, eso es lo de menos, hasta cierto punto hasta nos gusta volver a tener a nuestros hijos bajo nuestras alas, si bien es verdad, y mirándolo fríamente, que nos vuelven a complicar la vida, puesto que nosotros, los abuelos, ya nos hemos acostumbrado, a vivir mas apaciblemente, levantándonos tarde, llevando otro ritmo de vida, porque impepinablemente las separaciones de los hijos, casi siempre ocurren o llegan cuando empezamos a saborear nuestras jubilaciones, pero como he dicho antes, esto es lo de menos, lo que verdaderamente nos desequilibra, nos hace sufrir, y trae desasosiego a nuestras vidas, es ver el sufrimiento por el que han de pasar ellos. Al principio todo va bien, todas las parejas quieren una separación amistosa y de mutuo acuerdo, pero amigos, llega un punto en que se ha de ser muy fuerte para que todo salga así, porque llegan las discusiones, las reparticiones, los derechos adquiridos, el no dejar en libertad al otro, el ni contigo ni sin ti,  y es ahí, donde verdaderamente se sufre, porque si bien uno es tu hijo o hija, el otro también lo es, porque en todos los años que han estado juntos no te han dado motivos para tener nada en contra de ellos, y por lo tanto no puedes dejar de quererlos de hoy para mañana, y ves como ellos se van destruyendo como pareja y tú te sientes impotente por no poder hacer nada, desearías tener tener una barita mágica, pero no la tienes y solo te queda dar tu opinión cuando te la piden, deseando, que les lleve un poco de luz y entendimiento.
Lo dicho, que papel tan difícil nos ha tocado asumir a los padres de hoy.